sábado, 11 de julio de 2009

Jóvenes para Cristo


«Vosotros sois la sal de la tierra...»(Mt 5, 13-14)
Durante mucho tiempo, la sal ha sido también el medio usado habitualmente para conservar los alimentos.
Como la sal de la tierra, estáis llamados a conservar la fe que habéis recibido y a transmitirla intacta a los demás. Vuestra generación tiene ante sí el gran desafío de mantener integro el depósito de la fe (1 Tm 6, 20; 2 Tm 1, 14).
¡Descubrid vuestras raíces cristianas, aprended la historia de la Iglesia, profundizad el conocimiento de la herencia espiritual que os ha sido transmitido, seguid a los testigos y a los maestros que os han precedido! Sólo permaneciendo fieles a los mandamientos de Dios, a la alianza que Cristo ha sellado con su sangre derramada en la Cruz, podréis ser los apóstoles y los testigos del nuevo milenio.

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